En ella se encuentra realizada la antigua promesa de la Alianza hecha con nuestros padres. Es en María que la palabra de Dios encuentra plena recepción y una respuesta única. Su sí hace eco en toda la tierra y todos los tiempos de la historia, haciendo posible que el Verbo de Dios se haga carne, habite entre nosotros y redima a la humanidad. En esa realidad esponsal de María con el Espíritu Santo se hace realidad el anuncio de la promesa del Antiguo Testamento.
El dogma de la Inmaculada Concepción de María es la expresión de una certeza de fe: la promesa del Señor se hace realidad y se ven anticipados los méritos de Cristo para preparar a quien sería la Madre del Salvador y Madre de todos los creyentes de la Nueva Alianza.
Siguiendo las enseñanzas espirituales de la Madre Eufrasia resumamos este misterio que tocas nuestras vidas con sus palabras: la Virgen es la “encargada de desempeñar el papel de madre y hermana” (1912).
Que, en este tiempo de Adviento de 2020, la Virgen Inmaculada nos enseñe a escuchar la voz de Dios; recibir su Gracia redentora, que nos libera del pecado y nos hace gustar la verdadera alegría. Amén
Pbro Oscar Angel Naef