Inicio
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Monición
Nos hemos reunido aquí, hermanos, para bendecir esta hermosa imagen de la Virgen del Libro, que será trasladada para que presida la sala de la Biblioteca del Instituto. Ella aparecerá ante todos nosotros como un signo invitándonos a acercarnos a la lectura donde encontraremos alimento de la verdad, palabras que serán realmente para nosotros espíritu y vida.
Evangelio
Leemos en el Evangelio de San Mateo (7, 24-27)
“… Todo el que escucha mis palabras … y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande»."
Reflexión
Estimados amigos, Dios que es nuestro Padre eligió a la Virgen Santísima para que su Palabra comenzara a estar entre nosotros. Esa Palabra del Padre es Jesús, el Hijo de Dios.
En el texto de San Mateo que acabamos de escuchar, el evangelista nos trae una parábola en el cual Jesús enseña que su palabra tiene la solidez de una roca. Que ella nos convierte en hombre y mujeres sensatos, capaz de construir un proyecto de vida para ser felices.
Nos enseña, el Señor, la necesidad de encontrarnos con la verdad. La verdad de la fe que encontramos en los libros sagrados, y la verdad de las ciencias en los libros académicos.
En este día queremos invocar la bendición de Dios sobre una imagen de la Virgen del Libro para que Nuestra Madre, que llevó en su vientre a la Sabiduría de Dios que se hizo carne, también se acuerde de nosotros y nos ayude a valorar y dedicar tiempo a la lectura de los buenos libros que nos acercan a la verdad. Esa roca sobre la cual edificar la casa que ninguna tempestad podrá destruir.
Oración
Oh, Dios, que te has dignado llamar a los hombres a salir de la tiniebla y a entrar en tu luz maravillosa, es justo que te demos gracias, porque nunca dejas de saciarnos con el sabroso alimento de tu Palabra.
Tú nos amas tanto que hasta te dignas hablarnos como amigos y darnos a tu Madre para que nos acompañe como nuestra propia Madre; concédenos la gracia del Espíritu Santo, para que, al gozar de la dulzura de tu Sabiduría que de ella procede, nos llenemos del pleno conocimiento de tu Hijo.
Te pedimos, Señor, que bendigas esta Imagen de la Virgen del Libro para que con su protección encontremos el camino de la verdad que nos conduce en la vida tras tus pasos. Que nosotros, recorriéndolo valientemente, te sigamos y alcancemos la vida eterna. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén