miércoles, 2 de mayo de 2018

"El saber teológico constituido" Suma Teológica - Santo Tomás de Aquino. Segunda parte

EL SABER TEOLÓGICO CONSTITUIDO

Parte 2


Suma Teológica, Iq 1.
1.d_ Objeto de la Ciencia Teológica (a.7)

No podemos decir que nuestra tarea haya acabado una vez demostrada la necesidad de la Teología; sino, por el contrario, nos queda establecer el objeto sobre el cual versa y asím determinar su ámbito y especificidad. Para ello será muy provechoso el aporte de I, 1, 1, ad 2; y I, 1, 7.
En el a.1, ad 2, Santo Tomás nos presenta un primer momento de reflexión sobre la diversidad de ciencias y el modo en que se delimita el campo de acción o investigación:
“Lo que constituye la diversidad de las ciencias es el distinto punto de vista bajo el que se mira lo cognoscible. En efecto, el astrónomo demuestra la misma conclusión que el físico, examinando que la tierra es redonda; pero el astrónomo lo hace empleando medios matemáticos, que prescinden de las cualidades de la materia, y el físico usa medios materiales. Por esto no se ve inconveniente en que de las mismas cosas que estudian las disciplinas filosóficas, en cuanto asequibles con la luz de la razón natural, se ocupe también otra ciencia en cuanto que son conocidas con la luz de la revelación divina. Por consiguiente, la Teología que se ocupa de la doctrina sagrada, difiere en género de aquella otra teología que forma parte de las ciencias filosóficas”.
Cuando vamos a referirnos al objeto de una ciencia conviene que distingamos entre objeto material y formal. El objeto material es todo aquello que de alguna manera cae bajo la consideración de la ciencia y el objeto formal es aquella especificidad de estudio que se toma en el objeto material. Así varias ciencias pueden coincidir en el objeto material y no por ello tratar de lo mismo y en un mismo sentido; es el objeto formal el que especifica en último término a cada ciencia. A este tema hace referencia Santo Tomás en el párrafo citado anteriormente cuando dice “…quod diversa ratio cognoscibilis diversitatem scientiarum inducit”.
En el art. 7 se pone expresamente en cuestión el tema del objeto de la Teología al preguntarse: “si Dios es el sujeto de esta ciencia”. Veamos, entonces, el cuerpo del artículo:
“El sujeto de esta ciencia es Dios. El sujeto de una ciencia tiene con ella la misma relación que los objetos con sus respectivas facultades ó hábitos. Propiamente hablando, el objeto de una potencia o hábito es aquello por lo cual las cosas dicen relación a tal potencia o hábito, como el hombre y la piedra dicen relación a la vista por el color, y de aquí que lo coloreado sea el objeto propio de la vista. Pues bien, como en la doctrina sagrada todo se trata desde el punto de vista de Dios, bien porque es el mismo Dios o porque está ordenado a Dios como principio y fin, síguese que el sujeto de esta ciencia es Dios. Esto mismo se prueba por la naturaleza de los principios de esta ciencia, que son los artículos de Fe, y la Fe tiene por objeto a Dios, ya que uno mismo es el objeto de los principios y el de toda la ciencia, puesto que toda ciencia está contenida virtualmente en sus principios.Hay, sin embargo, quienes, en vistas de las materias que trata y no del punto de mira bajo el que las estudia, le han asignado muy diversos objetos, y así para unos serían cosas y signos; para otros, la obra de la redención; para otros el Cristo total, esto es, la cabeza y los miembros. Ciertamente que la ciencia sagrada trata de todas esas cosas, pero lo hace en orden a Dios”.
Habiendo encontrado los elementos necesarios sistematizaremos el tema del objeto de esta ciencia del siguiente modo:
1) El objeto material (todo aquello que de alguna manera cae bajo consideración)de la Teología es Dios.
2) El objeto formal debe asumirse en dos dimensiones:
a) Objeto formal terminativo (aquella formalidad que la ciencia considera en su objeto material), de la Teología es Dios bajo la razón propia e íntima de la divinad.
b) Objeto formal motivo (aquella luz o medio por el cual una ciencia considera su objeto formal terminativo), de la Teología es la revelación virtual.

2_ La Teología como ciencia (a.2)

En el artículo 2 se recogen dos objeciones a la posibilidad de considerar a la Teología como ciencia:
1) La ciencia se basa en principios evidentes. La teología tiene principios que no lo son.
2) NO hay ciencia de lo particular; pero la Teología trata de particulares como de Abraham, etc.
La objeción 2 se resuelve desde la objeción temática que otorga el objeto formal.
La objeción 1 surge desde el planteo aristotélico de ciencia: “ciencia es un conocimiento evidente de las conclusiones contenidas en sus principios”. Y la Teología procede de principios inevidentes (misterios de Fe), por lo cuales las conclusiones también serán inevidentes y de ese modo es imposible hablar de ciencia.
Para resolver esta última objeción el doctor Angélico hace entrar en juego el concepto de ciencia subalternada, que lo asume en forma analógica.

2.a_ Ciencia subalternada.

Una ciencia es subalternada cuando se subordina a otra (subalternamente), de la cual es distinta realmente.
Nos preguntaremos de que modo se puede decir que una ciencia se subordina a otra. Y así, nos encontramos con dos razones:
a) En cuanto a algún elemento accidental.
b) En cuanto a la razón formal y esencial, (cuando de los principios en los cuales y por los cuales una ciencia debe ver conclusiones, no son evidentes dentro de esa ciencia, sino en otra superior).
Pero también tendremos que considerar un hecho esencial que es el doble estado en que encontramos la ciencia subalternada:
a) Subalternada y subalternante en un mismo sujeto.
En este caso es posible resolver de un modo evidente las conclusiones en los principios, por lo cual hay una evidencia actual. A este modo lo llamamos ciencia perfecta.
b) Subalternante y subalternada separadas en el sujeto.
No se da aquí evidencia actual ni de los principios ni de las conclusiones. Sus principios los posee en virtud de la fe que presta a la persona en quien se encuentra la subalternante. Es una ciencia en estado imperfecto.
Vale que nos preguntemos en este momento si se salva en la subalternada, así separada, el concepto de ciencia.
Diremos que la Fe en el científico que posee la subalternante es solo un substituto del hábito científico de la subalternante, impuesto al sujeto que desarrolla el hábito de la subalternada por su imperfección. Por lo tanto, la ciencia subalternada en sí dice orden (positivo y esencial), no al hábito del sujeto, sino a la ciencia subalternante. Este orden a la ciencia subalternante entraña orden esencial a la evidencia que hay en aquella ciencia, es aptitud esencial de evidencia, es evidencia virtual. Luego toda ciencia subalternada lleva en su esencia evidencia potencial y virtual; luego es; substancial y esencialmente ciencia.

2.b_ La teología como ciencia subalternada.

Aplicando el concepto de subalternación de las ciencias, Santo Tomás subordina la Teología a la ciencia divina y a la teología de los comprensores en el cielo, porque sus principios tienen evidencia en la ciencia de Dios y en la de los bienaventurados.
Pero la Teología en nosotros (viadores) se encuentra separada de la ciencia subalternante. Poseemos sus principios (los artículos de Fe) por medio de la Fe divina, que es un sustituto circunstancial y momentáneo de la visión clara de Dios.
Algunas consecuencias de lo dicho:
-No tenemos evidencia ni de los principios ni de las conclusiones.
- La Teología se encuentra en nosotros de modo imperfecto.
-La Teología es substancialmente ciencia porque dice orden esencial a la Teología beatífica del cielo, de quien recibirá la evidencia.
En el cielo, cuando sea unida a su subalternante, se hará ciencia perfecta (fe reemplazad por la visión).

3_ La unidad de la ciencia teológica (a.3)

Luego de encontrarnos con la necesidad de la Teología y su entidad de ciencia, queremos saber si nos referimos a una ciencia o varias que, integrarían un “saber” llamado teológico.
Tengamos en cuenta en primer lugar que, la unidad sigue al ser y que si nos encontramos con la causa del ser de una cosa habremos encontrado la causa de su unidad.
Aplicando estos principios a la realidad de la ciencia descubrimos que el objeto formal le da al ser y le otorga unidad a cada ciencia.

3.a_ Unidad en el objeto formal terminativo

Recordemos que el objeto formal terminativo de la Teología es Dios bajo la razón íntima y propia de la Divinidad. Y, así, considera múltiples objetos pero en orden a su objeto propio y formal en cuanto se refieren a Dios como a su principio y fin.
a.3 ad 1:
“La doctrina sagrada no trata por igual a Dios y de las criaturas, sino propiamente de Dios, y de las criaturas en cuanto están ordenadas a Dios como a su principio y fin, y esto no impide la unidad de la ciencia”.
a.3 ad. 2.:
“No hay inconveniente en que las potencias o hábitos inferiores se diversifiquen respecto a objetos distintos, cuyo conjunto forma el objeto único de una potencia o hábito superior, ya que esta ve su objeto desde un punto de mira más universal… así también cuanto se estudia en las diversas ciencias filosóficas puede sin menoscabo de su unidad, considerarlo la doctrina sagrada desde un solo punto de mira, esto es, el de poder ser revelado por Dios, y de este modo la doctrina sagrada viene a ser como un trasunto de la ciencia divina, que, no obstante ser una y simple, lo abarca todo”.

3.b_ Unidad en el objeto formal motivo

En esta ciencia todo se estudia bajo la luz de la revelación virtual. La revelación virtual es una e idéntica en toda la Teología. De ahí que esta ciencia sea una e indivisible e indesmembrable.
a.3,c:
“La sagrada doctrina es ciencia una. En efecto, la unidad d ela potencia o del hábito es considerada desde el objeto, ciertamente no (según) el material, sino según la razón formal del objeto; y así, un hombre, un asno y una piedra convienen en la razón formal del color, que es el objeto de la vista. Si, pues, la sagrada doctrina considera las cosas en cuanto que son revelación divina, como se ha dicho (a.1, ad2), todo lo que sea divinamente revelable, comunica en la razón formal única del objeto de esta ciencia, y , por tanto, queda comprendido en la doctrina sagrada como en una sola ciencia”.